lunes, 29 de febrero de 2016

Lanzando una botella al mar...



Decidió que ya no quería formar parte de su pequeño y claustrofóbico mundo personal y quiso dejarlo atrás en aquella playa; como ritual simbólico lanzó tan lejos como pudo la ciudad en miniatura que construyera una vez con ella. Después lloró de impotencia hasta secarse por dentro. Le pareció que sus lágrimas, saladas como la desapacible inmensidad líquida que se mostraba ante él, pasarían desapercibidas allí. Tal vez, solo tal vez, encontrarían la forma de transformarse en lágrimas de júbilo para otros ojos, en alguna parte. Ella le había enseñado a reciclar, incluso los sentimientos. Que los hombres también lloran era una lección que no le había costado aprender.

Se le pasaron las horas en el proceso de vaciarse por completo, era preciso si quería continuar, de comprender que su decisión era la única posible, de despedirse y jurarse a sí mismo que conseguiría olvidarla. Tenía que poner fin como fuera a aquel dolor recalcitrante que le arrugaba sin piedad las ganas de vivir. Cuando al cabo sintió sus miembros entumecidos y helados levantó la cabeza al cielo: la noche se había construido a base de negrura y desesperanza, las mismas que se instalaran tiempo atrás en su pecho.   

Se levantó y sacudió con pereza la arena de sus tejanos, quizás para retrasar el momento de marcharse, quizás porque una marioneta sin hilos tiene que aprender a caminar de nuevo. Después buscó las llaves y se encaminó a su coche. Estaba dispuesto a averiguar cuántos kilómetros de vida podía hacer un corazón con el depósito lleno…

Julia C.

* La fotografía que ilustra el relato es una representación de la obra "Drifting Away" del fotógrafo y artista sueco Erik Johansson.

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Fecha 29-feb-2016 17:16 UTC
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viernes, 26 de febrero de 2016

Cien palabras y una historia (III)



Microrrelatos de cien palabras máximo que deben comenzar forzosamente con la frase señalada en azul.

El espejo


Subir de nuevo a la habitación y reencontrarse con su espejo, el único amigo que siempre le decía la verdad aunque fuera cruel; ese era su único deseo, su obsesión desde hacía meses.

Ya no prestaba atención, no escuchaba los ruegos de su padre ni los llantos de su madre. El golpeteo de la sangre en sus oídos era demasiado intenso. Los miraba sin ver, con los ojos apagados a los quince años.

Si tan solo comprendieran que no necesitaba la terapia, si la dejaran en paz y no tuviera que volver a comer nunca más…

Julia C.

El testamento



Vivir a lo grande de los bienes gananciales primero y de la herencia después; creía tenerlo todo atado y bien atado. No encontraba que fuera un pago excesivo por compartir vida e intimidad con aquel cuerpo decadente y arrugado que casi le contagiaba lo gris de su existencia. Suerte que había encontrado en sus amantes el antídoto.



Así podían haber continuado las cosas, pero la juventud es impaciente y quiso precipitar los acontecimientos con unas gotas de aquel elixir de libertad en su café.


Un lamentable exceso de confianza para sus intereses la llevó a no asegurarse de que él hubiera cambiado su testamento a última hora…

Julia C.


Eligiendo marido



Era de los pocos detectives honrados que quedaban en la ciudad; sin embargo tampoco era un santo. De eso pudo estar segura Kitty Blue cuando puso a su propio sabueso a seguirle los pasos. Después de todo si una dama está pensando en casarse tiene que estar bien informada acerca de las alternativas.

Cuando le entregaron las fotos, por las que tuvo que pagar un  buen montón de dólares que ya no recuperaría, supo que no era el mejor candidato. No estaba dispuesta a compartir con él ni su ropa ni sus exclusivos sombreros traídos de París, por más que le favorecieran tanto como a ella.

Julia C.


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Fecha 27-feb-2016 0:15 UTC
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martes, 23 de febrero de 2016

Malena es nombre de mujer (XI)



Probó a recogerse el pelo de varias maneras diferentes pero ninguna le convencía. Quería resultar “casualmente” deslumbrante y eso complicaba las cosas y mermaba las armas de seducción de las que disponía; nada demasiado obvio le hubiera servido. “Es difícil invertir tanto tiempo y energía en arreglarte y que todo parezca natural”, se decía Gloria frente al armario suspirando y tratando ahora de elegir qué ponerse. Al menos hacía una bonita y luminosa mañana, eso podía ser un buen presagio para ella y se sintió momentáneamente más animada. Acabó eligiendo un vestido color rosa palo que le resultaba insulso pero que armonizaba a la perfección con su blanco cutis y su rubia melena. Lo hubiera querido más escotado y más corto, pero debía ser prudente. No obstante lo complementó con unas sandalias que resaltaban lo esbelto y delicado de sus tobillos. ¿Quizás un reclamo demasiado sutil? Tendría que arriesgarse.

No perdía de vista en ningún momento lo comprometido de su situación ni lo mucho que se jugaba en aquel primer encuentro con Tonio después de todo lo sucedido. Quizás hubiera sido más aconsejable no acompañar a Marcos a recogerle a su salida de prisión, pero ella quería figurar en el mapa de su vida desde el primer instante de libertad. Además, seguro que echaba de menos un cuerpo de mujer y ahora que Malena era agua pasada tenía una oportunidad; estaba segura de poder hacerle feliz. Fue muy duro con ella en el pasado, le advirtió que tendría que marcharse lejos cuando él estuviera libre, pero quería convencerse de que las cosas podían cambiar si jugaba bien sus cartas.

Una bocina sonó estridente en la calle sacándola de su ensimismamiento y produciéndole un vuelco en el corazón; ya era la hora, Marcos venía a recogerla. Echó apresurada un último vistazo al espejo, se aplicó unos toques de perfume y lanzó un beso a su reflejo para desearse suerte justo antes de marcharse.

~~~~~~~~~~~~~~~~

La noticia de que el traidor salía de la cárcel de manera inminente le había afectado mucho más de lo que ella hubiera querido. Incluso el bebé parecía inquieto dentro de su vientre desde el momento en que lo supo. Era consciente de no estar preparada para tener a Tonio frente a frente ni para contestar a posibles preguntas acerca de su hijo. “Su hijo”, que en realidad también era hijo de él, le gustara a ella o no. Un padre, por muy mezquino que hubiera sido con ella en el pasado, que tenía derechos y a buen seguro, mucho que decir sobre ciertos temas concernientes al ser que iba a nacer. Pensaba lo peor de su excompañero, pero lo cierto es que jamás había cruzado por su mente la idea de que pudiera desentenderse de su descendencia o de que le deseara algún mal. Sí, antes o después tendrían que hablar largo y tendido.

Malena había creído que no tendría que pensar en estas cosas hasta mucho después del parto, dentro de unos meses, pero la realidad irrumpía en su vida derribando paredes y de un martillazo, como casi siempre. Por unos instantes de vértigo estuvo tentada de coger el dinero de los sobres que misteriosamente habían ido llegando a su buzón y desaparecer, marcharse tan lejos como sus recursos le permitieran. Después reflexionó y se dijo que ella no era ni sería nunca una cobarde que huye. Le habían quitado muchas cosas en su vida, pero no le quitarían también la dignidad.

Se sobrepuso, acarició apaciguadora la redondez prominente de su abdomen y decidió que en este asunto siempre daría la cara.

~~~~~~~~~~~~~~~~

El sol le hirió en los ojos y no pudo evitar llevarse la mano a la cara a modo de visera. Estaba contento de abandonar el feo y mamotrético edificio que ahora cerraba sus puertas tras él, pero también estaba desconcertado porque no sabía quién influía en los designios de su destino sin darse a conocer siquiera. Tendría que hacer algunas averiguaciones y saldar la cuenta si podía; no le gustaba deberle nada a nadie y menos si no lo había pedido.

No había pasado en prisión tanto tiempo como para encontrar diferente el exterior, pero sí le pareció que la brisa era deliciosamente nueva y que el sol, suave en aquella época del año, era un regalo con dedicatoria encargado expresamente para él. Pensaba en su buena suerte… y en Malena, claro.

Marcos y Gloria bajaron del coche en cuanto le vieron aparecer y se dirigieron a su encuentro. El extendía los brazos con franqueza ante su amigo para darle un abrazo y ella espiaba la dirección de su mirada y la expresión de su rostro. Estaba calibrando la impresión que su presencia producía en Tonio y si la observaba con interés. También le abrazó estrechamente buscando que sus curvas y lo vaporoso de su vestido hicieran el resto. Incluso le besó en la mejilla más largamente de lo imprescindible; con un poco de suerte su perfume le traería algún recuerdo de la noche en que estuvieron juntos.

La decepción le cayó encima como un jarro de agua fría cuando él, deshaciéndose despreocupadamente de su abrazo, buscaba esperanzado buenas noticias en la mirada de su hermano. Pero no, Malena no había ido a esperarle. La rubia se rehizo como pudo y se alegró secretamente de tener el campo libre. Ella sí estaba allí.

En la distancia, Jonás observaba la escena tras los cristales oscuros de sus gafas, parapetado en el asiento de atrás de un vehículo en el que nadie pareció reparar. Poco después dio la orden de arrancar a su chófer; ya había visto todo lo que quería ver. 

Julia C.  

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Fecha 23-feb-2016 12:45 UTC
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domingo, 21 de febrero de 2016

Ellos, el agradecimiento y yo...



Premio

Nominada por…
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Nen@, tú vales mucho!

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Rakel Relatos
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Los relatos de Rakel
Encuentros
Liebster Award

Mila Gómez
Encuentros


Estos días he estado leyendo algunas entradas de premios y la verdad es que me ha dado mucha envidia de ver cómo algunos compañeros llevan esta gratificante tarea al día. No ha sido nunca mi caso, no sé por qué, pero esta vez la envida (cochina, no de la sana) me ha hecho aguzar el ingenio para ver cómo podía ponerme al día yo también, aunque fuera saltándome un poco (o mucho) las normas. Así pues he sacado todas mis nominaciones atrasadas, muuuy atrasadas algunas, les he dado un poco de brillo para que luzcan tan bonitas como son en realidad y las he puesto en esta tabla sencilla pero que a mí me ha costado la misma vida elaborar.

Creo que lo importante no son los premios, sino la intención con la que se dan y el cariño que hay tras ellos cuando un compañero te los otorga, así que por esta vez no habrá logotipos, ni normas, ni otros nominados, ni preguntas que contestar o cosas sobre mí que contar. Esta vez estaremos a solas los “compis”, el sentimiento de agradecimiento que me inspiran y yo.

Como veréis hay algunos nombres que se repiten, y es que hay por estos ciberlares quien, a pesar de todo, me quiere bien, ji, ji.

Podría deciros cosas de todos ellos porque a todos ellos los “conozco”, a todos los sigo, de todos aprendo y con todos disfruto y comparto el afán por dibujar con letras. En muchos momentos han constituido la compañía que necesitaba y una realidad emocional más cercana para mí que la de cualquier otra persona que pudiera estar físicamente a mi lado.

Con algun@ tengo una complicidad especial, a algun@ no puedo evitar quererle o admirarle, de algun@ leo sus letras como quien escucha palabra santa, por algun@ me dejo aconsejar confiadamente en cuestión de libros o cine, pero absolutamente a tod@s los considero compañeros excepcionales. ¡¡Muchas gracias, chic@s!!

No me voy a poner sensiblera y a decir que si sigo aquí es por vosotros, sería muy bonito pero incierto, pero sí os voy a decir que estar aquí con vosotr@s lo hace todo mucho más interesante y mejor. 

Y ya está, nada más de momento que si sigo lo mismo lo estropeo…

¡¡Un beso súper y feliz semana a tod@s!!

Julia C.

viernes, 19 de febrero de 2016

Besos de colores



No maquillo mis labios; son mis besos lo que quiero colorear...

Rojo intenso si te asomas travieso por mi escote, y rosa nacarado si salimos juntos de la mano a explorar la mañana por la ciudad.

Frambuesa si me pongo ese vestido de primavera cuajado de flores que tanto te gusta, y coral si despertamos de la siesta con ganas de más.

Lila si me dices cualquier tontería que me hace estallar en risas y bronce cuando me traes a la cama café y esas tostadas que te salen tan mal.

Naranja si pones tu mano en mi rodilla buscando el tacto de la piel y plata si me susurras bajito al oído que el sueño puede esperar.

Julia C.

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martes, 16 de febrero de 2016

Malena es nombre de mujer (X)



Le deseaba tanto como le odiaba; era algo que tenía que reconocer, muy a su pesar, cada vez que se quedaba a solas con sus recuerdos. Y como si fuera necesario, se excusaba ante sí misma pensando que no tenía nada que ver con ella, que era cosa de su cuerpo. Por eso cuando sintió su presencia cálida y varonil tras de ella supo que no sabría ni querría resistirse. Podía odiarle durante la vigilia, pero en ese sueño, frente al enorme espejo que desde aquella noche se le aparecía con frecuencia, decidió que sería suya. El azogue perdió al momento su maléfico poder y se convirtió exclusivamente en el voluptuoso y sensual reflejo del encuentro.  

Entregarse a su amante fue como volver a casa, como encontrar el molde del que había salido su propio cuerpo. Retornaron sin tregua las caricias que conocían con precisión los resortes de su placer y los besos que encendían su deseo hasta el incendio. Las manos de Tonio, grandes y fuertes, se volvían deliciosamente delicadas y sabias cuando de complacerla se trataba; la intuición que las guiaba era pura seducción. Ella no podía sino dejarse llevar y adornar el aire con guirnaldas de gemidos crecientes. La escena era muy vívida, real hasta lo imposible, e incluso pudo sentir en sus nalgas el frío de la encimera donde Tonio la sentó para colocarse entre sus muslos. Estuvo a punto de despertar de la impresión, pero se aferró al sueño igual que a la cintura del traidor. ¿Traidor? Esa palabra la sacudió desde su subconsciente como una bofetada y la hizo recordar de repente lo que el espejo significaba y la escena que tuvo lugar delante de él aquella maldita noche. Todo había cambiado en un instante y ahora deseaba despertar con todas sus fuerzas, salir de aquel recuerdo y de la angustia que le producía, pero, por suerte o por desgracia, no sería antes de sentirse plenamente satisfecha. Había consumado su amor una vez más.

Con jirones de excitación aún prendidos de su cuerpo y entre sábanas empapadas, volvió a la realidad. En la confusión de los primeros instantes incluso creyó poder percibir el olor de Tonio impregnando con celo su piel, pero no podía ser, eso pertenecía al pasado. Sacudió la cabeza y se supo enfadada, no sabía exactamente con quién o por qué, pero ahora no tenía tiempo de pensar.

Se recompuso anímicamente, se levantó y se preparó para salir. Después de mucho insistirle al fin había accedido a ver a Marcos.

~~~~~~~~~~~~~~~~

Solo habían pasado unos meses pero su rostro había cambiado sustancialmente. Tenía los pómulos más salientes y el pelo, siempre engominado y peinado hacia atrás desde que ella le conociera, caía ahora ondulado en un flequillo que tenía algo de rebelde. Seguía siendo muy atractivo, no obstante.

Ella, a pesar de su avanzado estado de gestación, lucía radiante. No parecía que los muchos disgustos y contrariedades que había experimentado en los últimos tiempos le hubiesen pasado factura. Los rasgos, más redondeados y dulces de lo que Marcos recordaba, le aniñaban la cara. Solo el ceño ligeramente fruncido y la perspicacia de su mirada verde hablaban de su madurez y de su lucha para salir adelante.

Se saludaron con algo de frialdad, nerviosos, y se sentaron en una mesa discreta junto al ventanal. Malena había dejado claro que no quería saber nada de Tonio, así que Marcos comenzó hablando de generalidades e interesándose por su embarazo y por su estado de ánimo. Malena se relajó contándole acerca de su experiencia como futura madre y de sus descubrimientos diarios acerca de esa vida que crecía dentro de ella; le había cambiado la expresión de la cara, no había más que esperanza y ternura. Su antiguo socio la miraba sonriendo porque adivinaba en la ilusión de sus palabras que ese niño nacería sintiéndose muy querido.

Al cabo de un rato de amigable conversación pareció que Malena erguía de repente la espalda y levantaba de nuevo la guardia. Daba por terminada la “reunión social” y pasaba a los asuntos importantes. Sacó un abultado sobre de su bolso y lo depositó sobre la mesa. Ante la extrañeza de Marcos aclaró que no quería más sobres con dinero en su buzón, que ella se apañaría sola y que nada que viniera de Tonio le interesaba. Había pronunciado su nombre al fin, después de mucho tiempo se oyó decirlo en voz alta y un torrente de emociones contrapuestas hirieron su pecho. Le molestó tener aquella sensación donde mismo habitaba el corazón que ella creía definitivamente cerrado al traidor. Tampoco en eso tenía tiempo de pensar ahora.

Marcos, asombrado, se vio en la obligación de prometerle por lo más sagrado que había respetado sus deseos y que jamás le había hecho llegar dinero. ¿Quién entonces? Es la pregunta cuya respuesta desconocían los dos. Malena se limitó a guardar nuevamente el sobre; confiaba en su palabra.

Aún quedaba otro misterio por resolver y Marcos sintió que era ahora o nunca el momento de comentarlo con la joven; para eso había ido allí después de todo. El caso era que alguien tenía que haber movido algunos hilos y tocado los resortes convenientes porque, inexplicablemente, un abogado que no conocían había presentado un recurso y había conseguido que revisaran la condena de Tonio. Todo había sido muy rápido, no conocían más detalles. Mañana mismo estaría libre de prisión.

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Jonás apuraba satisfecho su copa mientras encendía otro cigarro y escuchaba paciente las explicaciones del abogado. Las volutas de humo conquistaban ingrávidas la lujosa lámpara de araña que pendía sobre su cabeza. Un buen dinero le había costado, entre honorarios y sobornos, tener a su disposición la pericia de aquel remilgado hombrecillo, pero el caso es que había conseguido los resultados esperados. Estaba hecho. 


Al fin y al cabo él siempre había sido un hombre de acción y no iba a conformarse ahora con ser mero espectador de los avatares de su hijo y su futuro nieto. 

Julia C.  

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viernes, 12 de febrero de 2016

Sádico



Encontró algo mucho más afilado y sutil que una daga para herirme; al fin encontró la manera de sacar un negativo perfecto del amor que me tuvo alguna vez. Siempre se le dio bien sacar oscuridad de la luz.

Cuando decidió suicidarse, premeditada y alevosamente, paladeando sádico los efectos que tendría en mí su muerte, seguramente pensó que acabar con mi propia vida sería una forma demasiado fácil de poner fin a nuestra relación; tal vez pensó que no sufriría lo bastante.

Y aquí me hallo, víctima de su odio y de sus esmerados preparativos, rodeada de médicos que ya me han juzgado y condenado con sus pruebas y habitando entre paredes acolchadas. Sola para siempre y echándole de menos para siempre.

Julia C.

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Fecha 12-feb-2016 11:51 UTC
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miércoles, 10 de febrero de 2016

La señorita



¡Qué desconsiderado! El nunca hace lo que debe, solo lo que le apetece; por eso le ha dicho que la quiere. Le ha tomado las manos con la respiración contenida y, mientras descansaban en un banco del paseo, ese que está junto al rosal, la ha mirado a los ojos como si pudiera bucear en su azul y se lo ha dicho, tal cual.



Ella no va a poder olvidarlo y, a sabiendas o no, no ha hecho sino añadir inquietud a sus noches de insomnio. Pobre niña, la tortura por puro afán de jugar; ¡no puede ser amor un sentimiento tan insensato!



Tuve que interrumpir la escena haciendo notar mi presencia, claro. Todavía habría pretendido besarla el desalmado. No, de ninguna manera si yo puedo evitarlo. Le he llevado su chal a ella, que en verdad andaba necesitada a juzgar por los temblores del cuerpo, y le he despedido a él poniéndole la chistera y el bastón en la mano. No me importa lo que piense, no tengo que ser cortés con semejante petimetre.



A ver cómo salimos de ésta, porque a la tarde viene a visitarla su prometido. Si no le vuelve el color a las mejillas voy a tener que excusarla diciendo que está indispuesta. Dicen que él ha dejado de salir en público con su amante, como corresponde a un caballero ya comprometido. Realmente parece que no solo persigue su fortuna, a ver si dejan ya de murmurar las malas lenguas. Feliz debería sentirse la señorita de verse tan bien considerada, pero los jóvenes no tienen sesera y solo piensan en las tonterías del amor.


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Toda la casa en pie esta mañana, ¡qué disgusto y qué escándalo! No lo querrás creer, pero la señorita se ha fugado de madrugada con el petimetre…



Julia C.

Este relato ha obtenido la mención de bronce en el concurso del Círculo de Escritores, edición "San Valentín II"




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lunes, 8 de febrero de 2016

Malena es nombre de mujer (IX)



No estaba resultando tan fácil como ella había creído en un principio. Seguía queriéndole, quizás por la propia inercia de su corazón, y allí estaba el hijo que habitaba su cuerpo para recordárselo a cada momento.

Cuando Malena salió del Luminous y de la vida de Tonio aquella terrible noche, decidió que rompería por completo con todo lo que había compartido con él y que empezaría de cero una vez más. Ya no era la misma que se buscaba la vida simulando no tener miedo cuando cría, ahora era una mujer y tenía más experiencia y más recursos; también más amargura y un bagaje mayor de decepción. Pero saldría adelante, estaba decidida; tampoco tenía más opciones.

No haber sido precisamente “ciudadanos ejemplares” tenía de bueno que gran parte de su dinero no estaba a la vista del gobierno. Eso le facilitó las cosas a la hora de reunir una nada despreciable suma procedente de diversos escondites. Lo consideró, no sin amargura, un pequeño pago por los servicios prestados. Después recogió lo imprescindible y dejó el apartamento que había compartido con el traidor, como le llamaría de ahora en adelante para sus adentros y para todo el que quisiera saber.

El pequeño estudio que sería su hogar de ahora en adelante estaba situado en una parte más modesta del barrio. No era gran cosa, pero recibía mucha luz y era barato; tenía que administrarse bien y ahorrar en lo posible si quería que le durase el dinero mientras descubría la forma de conseguir más. No había certezas en su vida en aquellos momentos, y mucho menos en ese aspecto. A ratos pensaba que quizás hubiera sido buena idea instalarse lejos de allí, a salvo de los fantasmas de su pasado, pero aquello era lo único que conocía y el único lugar que, por familiar, le ofrecía una pequeña sensación de seguridad. No se sentía con ánimos para ir mucho más allá.

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Gloria y Marcos salieron de prisión en apenas unas semanas. Tonio los exculpó insistiendo hasta la saciedad en que ellos no tenían nada que ver con las actividades ilegales del club. Según su versión y el contrato que habían firmado cuando los rescató de la ruina, él era el socio capitalista y el que tomaba las decisiones importantes. Nadie creyó que los hermanos fueran inocentes, pero tampoco pudieron encontrar pruebas de lo contrario; tuvieron que soltarlos. En realidad no se trataba solo de un acto de generosidad, los necesitaba fuera para que se encargaran de sus negocios y no llegar a perderlo todo. Solo puso una condición: Gloria no volvería a acercarse a Malena nunca más y cuando él estuviera libre le daría su parte y se marcharía lejos. La rubia aceptó, quizás porque había aprendido la lección, quizás porque pretendía ganar tiempo.

El primer encargo que recibió Marcos de su amigo una vez fuera de la cárcel consistió en buscar a Malena y asegurarse de que estaba bien, ayudarla en todo lo que necesitara, facilitarle dinero para que pudiera esperarle sin pasar apuros. Ya estaba al tanto de todo lo que había pasado y comprendía la reacción de Malena; de hecho, lejos de guardarle rencor, se sentía secretamente orgulloso de las agallas que había demostrado. Así era la mujer de la que él se enamoró, pensaba con un suspiro de añoranza anudado en la garganta.

Tonio era positivo por naturaleza y cuando se paraba a pensar con calma en el discurrir de los últimos acontecimientos, incluso era capaz de encontrarles un lado bueno: ahora ya no percibía aquella mentira como un espada sobre sus cabezas, se sentía liberado y aceptaba de buen grado el castigo a cambio de tener la oportunidad de empezar de nuevo. No más mentiras de ahora en adelante, nunca más. Malena seguía siendo su chica y esperaba un hijo suyo; si él podía perdonar y seguir adelante, seguro que ella también.

Pero se equivocaba, la joven no quería nada de él, ni siquiera noticias, y lo más que pudo hacer por ella era procurar que otros vigilaran sus movimientos y tratar de allanar su camino en espera de una nueva oportunidad para conquistarla. Seguía siendo la mujer de su vida y cuando la gestación estuviera más avanzada seguro que recapacitaba, o eso se consolaba pensando. Marcos la cuidaría mientras no pudiera hacerlo él.

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Dicen que la muerte es el final, pero a veces solo constituye un nuevo punto de partida. Así fue al menos para Jonás, que no conseguía superar la inesperada muerte de su esposa Miriam.

De nada le servían en esos amargos momentos sus cuentas bancarias, su floreciente negocio, su suscripción al club de vela o sus lujosas casas. Se sentía solo como nunca en su vida y, entre melancólicas brumas de alcohol, le dio por pensar, algo tarde ya, que se había equivocado con su hijo. De no haber sido por el maldito orgullo, que tampoco ahora le servia de nada, estaría a su lado y le serviría de apoyo. Lo cierto es que no entendía cómo había sido capaz de dejarle ir, de desentenderse de él; ni siquiera le dijo que su madre había muerto.

Fue entonces cuando decidió, desde la sombra, poner a alguien tras sus pasos y averiguar su paradero. Tuvo suerte, consiguió colocar a un hombre de su confianza en el entorno más cercano de Tonio. Camarero en el Luminous, suficientemente cerca de su hijo.

Julia C.

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jueves, 4 de febrero de 2016

Premio Co.Menta


Hace tiempo que lo veo claro: tengo unos compañeros que no me los merezco.

En esta ocasión mi convencimiento se ve reforzado por la concesión de un premio que es nuevo, original y muy especial. Se trata del Co.Menta y viene de la mano de Francisco Moroz (*), a quien le tengo, él lo sabe, un cariño muy especial. ¡¡Un millón de gracias por tenerme en cuenta y por las preciosas palabras que me dedicas en tu blog!! Muchos de vosotros ya lo sabréis, pero para los que no, ese blog se llama “abrazo de libro” y en él podréis encontrar magníficas reseñas de libros y estupendos relatos y microrrelatos. ¡Como para no perdérselo!

Este galardón ha sido creado por compañeros nuestros en el afán de premiar a aquellos que comentan en los blogs (no a los que escriben las entradas, ojo) de forma amena y constructiva. Además han tenido el buen gusto, en mi modesta opinión, de elegir un nombre en castellano que todos los que escribimos en este idioma podemos entender e identificar fácilmente.

Estos fenómenos, los creadores, son: Joseme españoles, Chari BR7, Inma Cabezas, Marigem Saldelapuro y el propio Francisco, que se hizo cargo del diseño del premio. Mirad, os voy a enseñar lo bonito que es:


Como veis se compone de dos palabras:

*Co, que hace referencia a compañía, compañeros, comunidad, colectivo, confianza, y
*Menta, palabra referida a la frescura del comentario, un aire fresco que motiva a seguir con otras publicaciones, un dulce alimento de musas a las que tanto mimamos los creadores de contenidos.

El micrófono y la pluma son señales identificativas de la comunicación hablada y escrita.

Para no meter la pata he copiado tal cual del blog de Francisco. Quién mejor que él puede saber cuál es el espíritu que anima el Co.Menta, no?

Y ahora las bases de participación del premio:

- El autor que concede el premio debe valorar el contenido de los mensajes de sus nominados, las palabras usadas, la corrección en el lenguaje, su originalidad, lo que aporta. Y también la frecuencia de los mismos. 

- Al recibir el premio, lo primero es agradecerlo a quien te lo entregó, y después pensar en otros dos nominados a quien entregarlo (solo dos para evitar las largas cadenas que en ocasiones se originan)

- Si tienes un blog basta con colocar la imagen del premio en lugar visible y especificar el nombre del autor y blog que te lo concedió. Y si tienes la suerte de recibirlo en más de una ocasión, basta con que vayas añadiendo los nuevos nombres de los compañeros a pie de imagen.

- Si no tienes un blog puedes poner la imagen en tu perfil de Google+ y añadir el nombre de la persona que te lo concede, su blog y un enlace a la entrada en que te fue concedido en una publicación.

- También debes hacer pública la nominación en la red, en ambos casos, compartiendo con tus círculos, seguidores, etc.

Con el permiso de Francisco he hecho una interpretación personal de las normas porque algunas no me quedaban muy claras. Como hay confianza ya me dirá él si algo no es correcto para que lo cambie.

Y ahora es el turno para hacer mis nominaciones.

- De forma honorífica, porque sé que él no es amigo de premios o normas, se lo concedo a Edgar K. Yera. Mi blog está lleno de sus intuitivos, acertados y generosos comentarios. La mitad de las veces, cuando los leo, son tan buenos, están tan bien expresados y han captado tan a la perfección la esencia de lo que pretendía expresar, que no sé ni qué decirle. Reconozco que me seduce por completo, literariamente hablando, con su sagacidad. ¡¡Con todo cariño y agradecimiento, compañero!!

Y de forma no honorífica, sino real, si ellas aceptan, nomino a:

- Suyapa Rivera

- Mila Gómez

Estas dos mujeres son todo sensibilidad, cordialidad, dulzura, inteligencia, percepción. Ambas me hacen sonreír y sentirme como en casa solo con ver sus nombres, me arropan. No las conozco en persona, pero estoy segura de que llegaríamos a ser muy buenas amigas si lo hiciéramos. Cada una de ellas, a su estilo, me enseña cosas a través de sus comentarios y me hacen darme cuenta de la suerte que tengo de que encuentren un ratito para venir a leerme. Grandes mujeres y grandes compañeras, no me cabe duda.

Y hasta aquí esta entrada que me ha encantado escribir. Felicito de corazón a l@s creador@s de esta iniciativa tan novedosa y altruista. ¡Bien por vosotr@s!

Besos y abrazos, ¡nos leemos!

(*) También he tenido el honor de recibirlo en marzo de 2016 por mi querida Joseme.

Julia C.
 




miércoles, 3 de febrero de 2016

"Papi"



Este relato se presenta a concurso para la edición "Padres e Hijos" del Círculo de Escritores. Está escrito a dos manos junto a Francisco Moroz. 


Papi

Aún no he terminado de recoger tus cosas. Tía Mónica me lo recuerda constantemente estos días y me apremia a hacerlo, pero me da miedo. Aunque sepa que ya no estás, aunque sepa que no vas a volver. Lo cierto es que algunas me recuerdan tanto a ti, eran tan tuyas, que me parece que si las toco te estaré invocando y de paso, poniéndote furioso. No sé, quizás fuera divertido verte furioso de nuevo ahora que ya no puedes hacer nada.  

Con el tiempo casi han desaparecido todas las marcas de mi cuerpo, pero nunca dejaré de padecer las que llevo en el corazón. No lo entendía, papi, no quisiste explicarme tu pena más que a golpes de cinturón y yo era demasiado pequeña, yo eso no podía entenderlo. De todas formas nadie deseaba verlas, las marcas quiero decir; todos sabían y preferían volver la cara. Creo que tenían más compasión por tu pérdida que por mi indefensión. Espero que ahora tampoco quieran ver las tuyas, porque con la emoción de hacer realidad al fin mi sueño no he sabido ocultarlas muy bien. No creo que importe, nosotros tampoco le importábamos mucho a nadie.

No quiero que me perdones, papi, yo tampoco voy a perdonarte a ti nunca, pero sí quiero que le digas a mamá que no fue culpa suya marcharse tan pronto. Quizás entre el cielo que ella habita y el infierno al que yo te he enviado haya algún punto de encuentro. Dicen que me parezco mucho a ella, que tengo sus ojos, ¿ella también los tenía tan tristes? No consigo acordarme.

Ya viene la tía Mónica; tenemos que cerrar la casa. Dice que no me preocupe, que adonde ella me lleva no estaré sola. Me parece que no entiende de las soledades que van tatuadas a  martillo en el corazón. Tu martillo, mi corazón. Yo siempre estaré sola por dentro.

Julia C.


Para leer el desenlace escrito por Franscisco Moroz pincha aquí 





Este relato en su conjunto ha obtenido el segundo premio en el concurso arriba mencionado.